Origen impecable
Diamantes de laboratorio
Los diamantes creados en laboratorio son conocidos por su belleza, brillo y origen garantizado. Obtenga más información sobre el impacto de los diamantes cultivados en laboratorio, sus ventajas y por qué esta opción sostenible es la adecuada para usted.
Los diamantes creados en laboratorio son conocidos por su belleza, brillo y origen garantizado. Obtenga más información sobre el impacto de los diamantes cultivados en laboratorio, sus ventajas y por qué esta opción sostenible es la adecuada para usted.
¿Qué es un diamante de laboratorio?
Los diamantes cultivados en laboratorio también se denominan diamantes artificiales, diamantes de laboratorio y diamantes creados en laboratorio. Se producen en un entorno de laboratorio sin el impacto ambiental o humano negativo de la minería.
Los diamantes cultivados en laboratorio son físicamente idénticos a los diamantes extraídos. Ambos tienen una puntuación de 10 en la escala de Mohs. La única diferencia entre los dos es el punto de origen.
Los diamantes creados en laboratorio comparten un proceso de crecimiento idéntico al de los diamantes extraídos. Primero se forman como átomos de carbono sometidos a altas temperaturas e inmensas presiones, y después se unen para formar una estructura cristalina. Una vez formados, se tallan y pulen para revelar su máximo brillo. Al igual que los diamantes extraídos de las minas, los diamantes de laboratorio presentan distintos grados de color y claridad. Al no tener los costes humanos o medioambientales asociados a los diamantes extraídos, los diamantes de laboratorio ofrecen la mejor relación calidad-precio para cualquier persona interesada en diamantes auténticos.
Los diamantes cultivados en laboratorio también se denominan diamantes artificiales, diamantes de laboratorio y diamantes creados en laboratorio. Se producen en un entorno de laboratorio sin el impacto ambiental o humano negativo de la minería.
Los diamantes cultivados en laboratorio son físicamente idénticos a los diamantes extraídos. Ambos tienen una puntuación de 10 en la escala de Mohs. La única diferencia entre los dos es el punto de origen.
Los diamantes creados en laboratorio comparten un proceso de crecimiento idéntico al de los diamantes extraídos. Primero se forman como átomos de carbono sometidos a altas temperaturas e inmensas presiones, y después se unen para formar una estructura cristalina. Una vez formados, se tallan y pulen para revelar su máximo brillo. Al igual que los diamantes extraídos de las minas, los diamantes de laboratorio presentan distintos grados de color y claridad. Al no tener los costes humanos o medioambientales asociados a los diamantes extraídos, los diamantes de laboratorio ofrecen la mejor relación calidad-precio para cualquier persona interesada en diamantes auténticos.
